El sector del cáñamo valorado en $824 millones en riesgo


El sector del cáñamo valorado en $824 millones en riesgo
Steven Voser

La Ley Agrícola de 2018 venció en septiembre de 2023. Y aunque el Congreso tiene intención de renovarla para diciembre, el efecto de este vencimiento ha dejado al floreciente sector estadounidense del cáñamo sumido en un estado de incertidumbre. Sigue leyendo para descubrir qué significa el vencimiento de la Ley Agrícola para los EE.UU.

Aproximadamente cada cinco años, la Cámara de los Representantes y los Senadores de Estados Unidos se reúnen para evaluar y renovar el Proyecto de Ley Agrícola, un conjunto de legislaciones que regulan la agricultura del país, desde estableciendo los precios de los productos básicos hasta creando estrategias de conservación, etc.

Este año, el Congreso no ha cumplido los plazos establecidos para revisar y rediseñar el proyecto de ley, lo que ha dejado al sector agrícola en una especie de limbo. La multimillonaria industria del cáñamo de Estados Unidos se ha visto especialmente afectada, ya que la Ley Agrícola era la piedra angular de la producción legal de cáñamo en todo el país.

¿Cómo impulsó la Ley Agrícola el resurgimiento del sector del cáñamo?

Después de muchos años de una prohibición sumamente estricta en lo que respecta al cannabis, la Ley Agrícola de 2018 proporcionó una solución a ese problema. Por primera vez en casi un siglo, el gobierno de Estados Unidos estableció distinciones claras entre los diferentes tipos de cannabis y las diferentes partes de la planta de marihuana.

El proyecto de ley eliminó el cáñamo (es decir, la marihuana con bajo contenido de THC) y sus semillas de la lista de sustancias controladas de la DEA, autorizando su cultivo y la fabricación/venta de productos de cáñamo en todo el país.

En resumen, la Ley Agrícola de 2018 sentó las bases para un nuevo sector que en 2021 tenía un valor estimado de 824 millones de dólares¹. Se ofreció a los agricultores la opción de diversificar sus cultivos y generar nuevas fuentes de ingresos, mientras que las empresas que fabrican textiles, alimentos e incluso medicamentos a partir del cáñamo, podían hacerlo de manera completamente legal.

Además de forjar una nueva industria legal para innumerables productos y derivados del cáñamo, la Ley Agrícola de 2018 también facilitó la investigación del cáñamo y su potencial como medicamento. Bajo la Ley de Impuestos a la Marihuana de 1937 y la Ley de Sustancias Controladas de 1970, se restringió enormemente el cultivo de cannabis, lo que perjudicó nuestra capacidad de estudiar una planta con un historial de uso medicinal que se remonta a miles de años.

Además, la Ley Agrícola de 2018 creó oportunidades para impulsar un desarrollo sostenible. Además de un cultivo comercial, el cáñamo es una planta sostenible que puede rehabilitar el suelo², producir biocombustible³, e incluso ofrecer una alternativa sostenible al hormigón⁴. Al poder cultivar, investigar y fabricar cáñamo/productos de cáñamo de forma legal, la posibilidad de explorar e implementar iniciativas sostenibles sobre el cáñamo se convirtió en mucho más que un sueño.

El sector del cáñamo valorado en $824 millones en riesgo

Ley agrícola y claridad jurídica

Durante décadas, las empresas de marihuana, sus empleados y los consumidores de cannabis se han visto obligados a sortear varias lagunas legales y zonas grises. Al carecer de una infraestructura federal, los estados de toda la nación han procedido a adoptar su propio enfoque para legislar el cannabis, creando un confuso panorama jurídico en el que algo que puede ser legal en una parte del país, podría ponerte entre rejas en otros estados/condados.

Aunque está lejos de ser perfecta, la Ley Agrícola de 2018 ofrecía la oportunidad de cambiar eso. Al establecer una distinción clara entre el cáñamo y la marihuana en función de su contenido de THC (tetrahidrocannabinol, el compuesto psicoactivo del cannabis), el proyecto de ley dio lugar a una base para el desarrollo y la comercialización de productos derivados del cáñamo a nivel federal.

Esta claridad fue fundamental para que las empresas tuvieran la confianza de desarrollar proyectos relacionados con el cáñamo, y potenció el rápido crecimiento del sector en los últimos años. Además, el proyecto de ley ayudó a abordar el tema de los servicios financieros para las empresas cannábicas, ofreciendo por fin a las compañías dedicadas al cáñamo, servicios financieros regulados, bien establecidos y seguros.

Por otro lado, la Ley Agrícola de 2018 también proporcionó claridad jurídica para los consumidores. Con unos estándares más claros de seguridad y calidad para los productos de cáñamo a nivel federal, esta ley permitió el acceso a una gran cantidad de productos en los que podían confiar (desde gominolas de CBD y semillas de cáñamo, hasta tinturas, entre otros muchos).

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La amenaza del vencimiento

A pesar de los innegables avances facilitados por la Ley Agrícola de 2018, su vencimiento en septiembre de 2023 ha sumido al sector del cáñamo en un estado de incertidumbre.

El marco legal para el cultivo de cáñamo y la venta de productos a base de cáñamo, como por ejemplo el CBD, está de repente en tela de juicio. La ausencia de pautas federales podría conducir a un entramado de regulaciones estatales conflictivas, causando confusión a las empresas y perjudicando la innovación y la inversión.

Además, la falta de una estructura reguladora clara podría exponer a las empresas a ciertos riesgos legales. Sin protección federal, las compañías de cáñamo podrían volverse vulnerables a los retos legales, especialmente si operan en estados con leyes de cannabis estrictas. Esta inseguridad jurídica podría disuadir a nuevas empresas o empresarios de participar en el sector y provocar el cierre de las empresas ya existentes.

Por otro lado, la falta de acceso a servicios financieros establecidos y seguros podría resurgir como un problema importante para las empresas de cáñamo. Los bancos y las instituciones financieras podrían volver a desconfiar de las compañías de marihuana y cáñamo, lo que las obligaría a volver a aceptar pagos en efectivo o a utilizar otros servicios financieros no regulados y potencialmente inseguros.

Por último, el vencimiento de la Ley Agrícola también afectará a los consumidores que sostienen el sector del cáñamo. Según el proyecto de ley de 2018, los consumidores de cáñamo y sus derivados disfrutaron de un acceso a una selección cada vez mayor de productos que cumplen con los estándares federales que garantizan su calidad y seguridad. Sin el marco legal de la Ley Agrícola de 2018, la variedad de productos de cáñamo disponibles podría disminuir, y también podría suponer la llegada de productos mediocres al mercado.

Si Estados Unidos quiere salvaguardar su floreciente industria del cáñamo, deberá renovar la Ley Agrícola, ya que sin ella, el país podría perder un activo multimillonario con un enorme potencial para promover la salud de la economía estadounidense y su gente.

Referencias:

1. Value of hemp production totaled $824 million in 2021. www.nass.usda.gov. https://www.nass.usda.gov/Newsroom/2022/02-17-2022.php

2. Placido DF, Lee CC. Potential of Industrial Hemp for Phytoremediation of Heavy Metals. Plants. 2022;11(5):595. doi:https://doi.org/10.3390/plants11050595

3. The postponed promise of hemp biofuel - cannabis business times. Consultado el 5 de octubre de 2023. https://www.cannabisbusinesstimes.com/news/postponed-promise-hemp-biofuel-biomass-hempseed-oil-uk-uconn-hia/

4. Network CgtnGT. Could this bio-based concrete made of hemp make our homes more energy efficient? newseu.cgtn.com. Consultado el 5 de octubre de 2023. https://newseu.cgtn.com/news/2023-03-11/Is-bio-based-hemp-concrete-a-pathway-to-more-energy-efficient-homes--1i2HuD9IBXi/index.html

Steven Voser
Steven Voser

Steven es un veterano del periodismo del cannabis que ha profundizado en todos los aspectos de la planta. Está especialmente interesado en la cultura cannábica, la nueva ciencia de la marihuana, y su influencia en el panorama legal de todo el mundo.